Leo esta entrada en ionlitio. Estoy plenamente identificado porque yo tengo 2! aunque muy pequeñas y alguna vez se me ha pasado por la cabeza pensar cómo reaccionaré cuando me traigan novio a casa X-)
Regla nº 1:Si aparcas delante de casa y tocas la bocina, será mejor que vengas a entregar un paquete, porque no conseguirás otra cosa.
Regla nº 2:No tocarás a mi hija delante de mi. Puedes mirarla siempre y cuando no sea fijamente y siempre por encima de su cuello. Si no eres capaz de mantener tus ojos y tus manos alejadas del cuerpo de mi hija, sencillamente te los arrancaré.
Regla nº 3:Estoy enterado de que la gente de tu edad considera muy moderno llevar los pantalones tan flojos que parece que se les vayan a caer en cualquier momento. Por favor no lo consideres como un insulto, pero tanto tú, como el resto de tus amigos sois completamente idiotas. Aun así, deseo ser agradable y abierto de miras acerca de este asunto, así que te propongo el siguiente compromiso: Puedes venir a mi casa enseñando la ropa interior y con pantalones diez tallas más grande, y no me opondré. Sin embargo, y para asegurarme de que tus pantalones no se bajan “accidentalmente” durante la cita con mi hija, cogeré mi martillo eléctrico y te los fijaré firmemente a la cintura.
Regla nº 4:Estoy convencido de que estás informado de que en el mundo actual, el sexo sin usar “métodos barrera” de cualquier clase puede matarte. Permíteme explicartelo: hablando de sexo, yo soy la barrera, y sí: puedo matarte.
Regla nº 5:Está comúnmente asumido que para conocernos, hablaremos de deportes, política y otros temas de actualidad. Por favor, ni lo intentes. La única información que necesitas darme es la hora en la que traerás a mi hija de vuelta a casa sana y salva, y la única respuesta que procede es: “temprano”
Regla nº 6:No tengo duda de que eres un tipo muy popular, con muchas oportunidades para quedar con otras chicas. Me parece muy bien, siempre y cuando le parezca bien a mi hija. Aparte de eso, desde el momento en que salgas con mi hijita, no saldrás con ninguna otra chica más hasta que ella decidida acabar la relación. Si la haces llorar, yo te haré llorar.
Regla nº 7:Si permaneces en la puerta de mi casa más de una hora esperando a que mi hija aparezca, no llores ni suspires. Si quieres llegar a tiempo para la película, mejor no conciertes una cita. Mi hija se estará maquillando, un proceso que puede durar tanto como pintar la Gran Muralla China. En vez de quedarte ahí parado, ¿por qué no haces mientras algo útil, como cambiarme el aceite del coche?
Regla nº 8:Los siguientes lugares no son apropiados para una cita con mi hija:- Lugares donde haya camas, sofás u cualquier otra cosa más suave que un taburete de madera.- Lugares donde no haya padres, policía o monjas a la vista.- Lugares oscuros.- Lugares donde haya gente bailando, de la mano, o alegre.- Lugares donde la temperatura ambiente sea suficiente como para que mi hija desee vestir pantalón corto, bañador, top o cualquier otra cosa que no sea un jersey de cuello vuelto bajo un anorak de pluma abrochado hasta la boca.- Las películas con alto contenido romántico o sexual también están prohibidas, las películas en las que aparezcan sierras eléctricas están bien.- Los partidos de hockey están bien.
Regla nº 9:No me mientas. Puedo parecer viejo, calvo, idiota y mentecato. Pero en lo que concierne a mi hija soy el todopoderoso y omnisapiente Dios del Universo. Si te pregunto a dónde vais y con quién, solo tendrás una oportunidad para decirme la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Tengo una escopeta, una pala y cien metros de terreno detrás de casa. No juegues conmigo.
Regla nº 10:Ten miedo, mucho miedo. Podría confundir fácilmente el sonido de tu coche en la calle con el de un helicóptero de combate acercándose sobre un campo de arroz cerca de Hanoi. Cuando creo oler a Charlies, las voces de mi cabeza me ordenan que ponga el armamento a punto mientras espero a que traigas a mi hija a casa. En cuanto llegues, deberás salir del coche con las manos en alto bien a la vista, decir el santo y seña, gritar alto y claro que has traído a mi hija a casa a su hora, después volverás a tu coche. No es necesario que entres en mi casa. La cara que verás en la ventana, pintada con colores de camuflaje, es la mía.